Lo que comes afecta a tu salud bucal.

Existe una relación bidireccional entre lo que se come y la salud bucal. Y es que no solo la dieta y la nutrición afectan a tu salud oral, sino que también el propio estado de salud de la boca puede interferir en tu alimentación.

Es bien conocida la relación de un exceso en la ingesta de carbohidratos (sobre todo azúcares libres) y la aparición de caries dental. La caries comienza por una desmineralización del esmalte hasta llegar a la dentina, que comienza a disolverse. Esta desmineralización es provocada por los ácidos que producen las bacterias del biofilm dental que se acumula sobre la superficie de los dientes a partir de los azúcares que se encuentran en la dieta. La fermentación de los carbohidratos por parte de las bacterias cariogénicas, dan lugar a productos fermentados que producen la destrucción del esmalte. De hecho, la presencia de caries dentales se ha considerado tradicionalmente como un signo revelador de una dieta poco saludable.

Y no solo eso, una dieta rica en carbohidratos no solo puede causar caries, sino que también puede aumentar el riesgo de padecer otras enfermedades sistémicas como diabetes, obesidad y otras enfermedades cardiovasculares. Por ello, una dieta equilibrada puede ser una buena aliada para prevenir la caries…y otras enfermedades importantes que afectan al organismo humano.

Impactos en la salud de las encías.

Las enfermedades periodontales (entre las que destacan la gingivitis y la periodontitis) de carácter infeccioso e inflamatorio y con un origen multifactorial, afectan a los tejidos que rodean y soportan los dientes (periodonto).

La relación entre la nutrición y la enfermedad periodontal es compleja. En cualquier caso se sabe que los cambios en la ingesta a macro o micronutrientes pueden influir en el estado inflamatorio de os tejidos de soporte de los dientes. Las enfermedades periodontales parecen beneficiarse de una restricción o reducción de carbohidratos procesados, de alto índice glucémico (al y como sucede con la caries). Por el contrario, los carbohidratos complejos presentes en las frutas, verduras, legumbres, etc y que contienen cantidades considerables de micronutrientes y antioxidantes, se asocian con un efecto positivo en la salud periodontal.

Con respecto a las grasas, es probable que los pacientes periodontales se beneficien de una mayor ingesta de ácidos grasos omega-3 y una menor ingesta de grasas saturadas no saludables, grasas trans y ácidos grasos tipo omega-6. Además, la falta de macronutrientes (especialmente B12, C, D, A, E, calcio y magnesio) pueden tener un impacto negativo en la salud periodontal. Se ha observado, además, que dietas ricas en alimentos con efectos antiinflamatorios, por ejemplo, arándanos, té verde, salmón, coliflor o brócoli entre otros, tienen un impacto positivo sobre el periodonto.

Halitosis.

La alimentación también juega un papel importante en el desarrollo de la halitosis, especialmente las dietas ricas en proteínas y carbohidratos. Los aminoácidos que contienen azufre se liberan durante la descomposición de alimentos ricos en azúcares y proteínas. Posteriormente, son metabolizadas por bacterias capaces de producir compuestos volátiles siendo estos los que se relacionan directamente con el desarrollo de la halitosis.

La dieta y el desgaste dental.

La erosión (o desgaste dental), se ha relacionado con un exceso de ácidos extrínsecos e intrínsecos en boca. Esto es -por el consumo excesivo y/o repetitivo de alimentos o bebidas de pH bajo (como refrescos de cola, bebidas energéticas, cítricos, zumos, vinagre…),- o en relación con el reflujo de ácidos estomacales, debido principalmente a problemas digestivos.

Debido a estos ácidos, se produce una pérdida progresiva e irreversible de tejido dental. Los ácidos extrínsecos más comunes derivados de la dieta son el ácido cítrico, fosfórico, ascórbico, málico, tartárico y carbónico, que se encuentran en cierto cítricos, frutas, en los refrescos y en el vinagre, entre otros. En cuanto a los ácidos intrínsecos, se derivan del reflujo gastroesofágico grave.

La saliva.

La saliva tiene un factor de protección en la cavidad bucal, y su composición puede verse influenciada por la dieta, produciendo cambios es la cantidad y/o en las características cualitativas de la secreción salival. En concreto, mucinas, unas proteínas salivales, representan una importante barrera contra la reducción de la húmedas, contra la penetración física y química de irritantes y contra las bacterias. En una dieta desequilibrada se produce una reducción del contenido de mucinas lo que conlleva un mayor riesgo de lesiones de caries y de disminución de la saliva.

FUENTE: dentaid.es

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