
La gingivitis es una inflamación superficial de la encía sin que se produzca pérdida del soporte óseo y se caracteriza por hinchazón, sangrado (con el cepillado o espontáneo) y cambio de color de la propia encía, que tiende a ser más rojizo. Estos cambios suceden como consecuencia del aumento de vascularización en la zona, si bien no e producen siempre ni en todos los pacientes. Si no se trata a tiempo, la gingivitis puede empeorar y provocar la aparición de una periodontitis en personas con una mayor susceptibilidad a la enfermedad.
¿QUÉ SÍNTOMAS TIENE?
Un problema fundamental común a las enfermedades periodontales es que no se asocian con síntomas claros ni especialmente molestos. En concreto, la gingivitis no tiende, generalmente, a causar dolor o malestar intenso, por lo que muchas personas desarrollan esta enfermedad a menudo sin darse cuenta. Su síntoma más común es el sangrado de las encías (aunque en personas fumadoras este síntoma suele ser poco evidente).
Con todo, hay algunos signos y síntomas que pueden advertir sobre la existencia de gingivitis:
- Encía enrojecida con sangrado o inflamación
- Pus es las encías
- Mal sabor de boca o mal aliento
- Dientes «más largos» o «dientes flojos»
- Espacios entre los dientes
- Hipersensibilidad al frío
¿QUÉ CAUSA LA GINGIVITIS?
Las bacterias son las responsables de la gran mayoría de problemas de las encías. La acumulación de bacterias bajo la encía, organizadas en forma de placa bacteriana conduce a la inflamación de los tejidos adyacentes. Siempre que hay placa bacteriana, habrá algún grado de gingivitis. Si las encías sangran al cepillar los dientes (y están muy brillantes y rojas) puede significar que las bacterias ya han infectado la zona.
¿EXISTEN FACTORES DE RIESGO?
La prevalencia y gravedad de las enfermedades periodontales aumentan con la edad y la acumulación de otros factores de riesgo, como por ejemplo:
- Tabaquismo
- Estrés
- Cambios hormonales
- La presencia de enfermedades como la diabetes mal controlada o la obesidad
¿A QUIÉN AFECTA?
Se estima que ocho de cada diez personas de 35 años o más sufren de algún tipo de patología de las encías. De ellos, la gingivitis es la más frecuente, mientras que un 30-38% de los adultos padece periodontitis.
Existen dos colectivos especialmente sensibles a ese trastorno:
- Niños: en ellos, es prácticamente universal (alcanza cifras del 70% en niños de 7 años y se eleva hasta el 90% en niños de 10 años). Sin embargo, estos trastornos de las encías no suelen adquirir un perfil grave. En sus revisiones orales rutinarios se deben explorar también las encías y, en caso de detectar cualquier problema, por leve que sea, comenzar el tratamiento.
- Mujeres: los cambios hormonales a lo largo de la vida de la mujer inciden de modo importante en su salud oral:
- Pubertad: en esta etapa, pueden desarrollarse signos marcados de inflamación en las encías sin un aumento claro en los niveles de placa bacteriana. Se denomina «gingivitis puberal» y está asociada a los incrementos de las hormonas sexuales (estrógenos y progesterona) que se dan en las niñas alrededor de los 12 años. Estos cambios hormonales producen un incremento de la circulación sanguínea en las encías, lo que favorece una respuesta inflamatoria exagerada a la acción de las bacterias, siendo habitual el sangrado.
- Etapa fértil: una de las consecuencias del síndrome premenstrual puede ser el sangrado de las encías, que desaparece justo cuando llega la menstruación.
- Embarazo: se conoce como «gingivitis estacional» la que sufre específicamente durante este periodo de la vida. Y es que los cambios hormonales pueden provocar alteraciones en los vasos sanguíneos de las encías similares a los que ocurren en la pubertad. Suele desaparecer habitualmente tras el parto. Si se tiene inflamación gingival antes del embarazo, la frecuencia de aparición es muy alta. Por otro lado, la toma de anticonceptivos también causa síntomas parecidos a los de la gingivitis estacional.
- Menopausia: con el descenso de los estrógenos y progesterona en la mujer durante esta etapa se producen alteraciones significativas en los tejidos de la boca, con una menor secreción y cambios en la composición bioquímica de la saliva, así como desórdenes en la flora bucal.
¿QUÉ CONSECUENCIAS PUEDE TENER LA GINGIVITIS?
Si no se trata, la gingivitis evoluciona hacia una periodontitis, que puede terminar causando pérdida de dientes, con los consiguientes problemas de estética, masticación, habla o autoestima, afectando claramente a la calidad de vida.
Recientes estudios confirman también que la infección de las encías tiene un impacto sistémico en el ser humano, afectando a otras partes del cuerpo situadas fuera de la cavidad oral. En el caso de la gingivitis, se ha demostrado que las bacterias que se introducen debajo de las encías pueden, en algunos casos, viajar desde la encía hasta el torrente sanguíneo, produciendo una inflamación sistémica que favorece, por ejemplo, la formación de trombos en las arterias. Por tanto, las infecciones de las encías son un claro factor de riesgo para padecer patologías cardiovasculares.
También se ha demostrado que una mala salud de las encías puede provocar mal control de glucemia en personas con diabetes, puede adelantar el parto en caso de embarazos, elevar el riesgo de aparición de enfermedades respiratorias o de exacerbaciones de algunos de ellos o, incluso. aumentar las posibilidades de sufrir un infarto de miocardio o cerebral u otro evento cardiovascular.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA?
Una simple visita al dentista será suficiente para detectar la presencia de niveles inadecuados de placa bacteriana e inflamación gingival.
Tras el diagnóstico, es imprescindible la evaluación individual del riesgo de desarrollar enfermedades más avanzadas, potenciar la educación del paciente (favoreciendo la motivación adecuada para éster que introduzca cambios de comportamiento) y por último, reforzar las instrucciones de higiene oral.
¿CUÁL ES SU TRATAMIENTO?
En el caso de la gingivitis, es necesaria la eliminación de la placa dental y el cálculo dental (también llamado sarro). Este tratamiento, denominado profilaxis profesional (o «limpieza de boca»), lo realizan los profesionales odontológicos. Además, es fundamental explicar cómo se deben cepillar los dientes y encías para mantenerlos limpios, y que no vuelva a aparecer dicho trastorno.
Debemos tener en cuenta que las diferentes enfermedades periodontales exigen un tratamiento distinto e individualizado. En general, el tratamiento de las enfermedades periodontales tiene tres objetivos diferentes:
- Eliminar o reducir las bacterias productoras de la enfermedad.
- Suprimir, reducir o modificar los factores que hacen que los pacientes sean más susceptibles a esta, como son el tabaco o ciertas alteraciones dentarias como las malposiciones.
- Crear las condiciones adecuadas para que la enfermedad se pueda mantener controlada a largo plazo.
¿SE PUEDE PREVENIR?
Si, de forma muy sencilla. La combinación de una higiene dental diaria adecuada y con visitas periódicas de revisión y mantenimiento en la clínica dental al menos 2 veces al año, junto con tratamientos regulares para la eliminación de las bacterias que se depositan en la cavidad oral y el adecuado asesoramiento periodontal. Todas estas medidas sin imprescindibles en la prevención de la gingivitis, y ayudan a que ésta no progrese su ya ha aparecido.
FUENTE: cinfasalud.cinfa.com
